Mediante la supervisión de nuestro cachorro, y con algo de esfuerzo de nuestra parte, lograremos que en poco tiempo aprenda dónde se supone que es el baño (¡y dónde no!). Para esto, es necesario que contemos con un elemento de confinamiento, al que llamaremos genéricamente “el cajón”, que se convertirá en su madriguera, su lugar de descanso, durante las próximas semanas. Podemos utilizar para esto una jaula transportadora, o un corral. Las casitas no son una buena opción, ya que por no contar con puerta no cumplen con la función que buscamos, que es limitar el territorio de nuestro cachorrito para evitar que se meta en problemas.