Obediencia Básica
Tu perro debe aprender los comandos básicos, reforzando así el lazo que te une con él, y definiéndote a ti (y al resto de tu familia) en el rol de líder de tu mascota. He aquí algunos primeros consejos:
- Sé absolutamente consistente en la educación del cachorro. No sólo tú, sino todos los miembros de tu familia.
- Sé justo con él: es sólo un bebé: no pretendas que aprenda de un día para el otro, o de una semana para la siguiente. El aprendizaje, tanto para los cachorros caninos como para los cachorros humanos, requiere tiempo, paciencia, constancia, repetición, y mucho amor.
- No permitas que él te entrene a ti. Si llora, no lo consueles, no le grites, no vayas, ni siquiera lo mires. Espera a que se calle y en ese preciso instante, felicítalo y prémialo. Aprenderá así que llorando no se obtiene nada. Sólo asegúrate que no esté llorando porque quiere ir al baño, o porque esté hambriento, o enfermo, o porque su juguete favorito quedó fuera de su alcance. ¡No cedas jamás ante su insistencia, o aprenderá a insistir!
- Prémialo por cualquier comportamiento deseable. Los cachorros aprenden muy rápido. Si un comportamiento trae cosas buenas (premios de comida, abrazos, felicitaciones), lo repetirán!
Consejos del Veterinario
Busca siempre el consejo de un veterinario de confianza, que se interese tanto por ti como por tu cachorro. El es quien te aconsejará mejor acerca de vacunación, alimentación, salud, comportamiento, y otros cuidados que debemos tener.
Socialización
Las primeras semanas de tu cachorro son las más importantes de su vida. El aprende muy rápidamente, y debe ser expuesto a todas las situaciones con las que va a enfrentarse por el resto de su vida, y así crecerá siendo un perro con una gran confianza en sí mismo y gran adaptabilidad a las nuevas situaciones, en lugar de ser temeroso o agresivo. Debe tener la oportunidad de interactuar con otros perros, bebés, niños, adultos gordos, flacos, altos, bajos, con barba, hombres, mujeres, animales de granja, pasear en auto, caminar por calles concurridas, ir al parque, etc.Más sobre socialización
Domesticación
La domesticación debe realizarse mediante un método preventivo. En otras palabras, tú piensas por tu cachorro, reduciendo así las posibilidades de “accidentes”, dándole pocas oportunidades para que cometa errores.
- Un cachorro tiene una vejiga muy pequeñita, por lo que no pueden aguantarse como lo haría un perro adulto. Además, no tiene conciencia de dónde está bien ir al baño, y dónde no.
- Elige un lugar de tu patio o jardín para que haga ahí sus necesidades, siempre, o él irá por todos lados.
- Llévalo fuera justo luego de cualquier cambio de actividad: comer, dormir, jugar, masticar, etc., y felicítalo por hacer en el lugar correcto, y éntralo nuevamente a la casa. Acompáñalo siempre.
- Mantenlo confinado en un lugar “a prueba de cachorros” (una habitación pequeña, un cerco para bebés), o en un transporte, cuando no puedas prestarle el 100% de tu atención. Dale más libertades, a medida que demuestre que se las merece. Paciencia… este es un proceso que lleva varios meses.
- Algunos cachorritos aguantan toda la noche, pero la mayoría necesitan ir al menos una vez en la madrugada. Si no te levantas tú para llevarlos, no te enojes cuando encuentres sus charquitos.
- Todos los cachorros tienen tendencias destructivas, en parte porque tienen alto nivel de energía, y en parte porque están dentando y necesitan morder y masticar. ¡Jamás lo golpees! Sólo harás que el cachorro actúe en forma temerosa, no confíe en ti, y el día de mañana tenga graves problemas de conducta. Aprende cómo hacer que respete la palabra NO, y a redirigir sus conductas.
- Ejercítalo a diario para que queme energías. Si no las quema en el parque, ¡las quemará en tu casa, con tus muebles, ropa, zapatos, etc.!
- Nunca lo reprendas por algo que hizo antes: él no lo comprenderá. Sólo si lo sorprendes en el acto de hacer alguna travesura, di con mucha autoridad: ¡No!
- Si lo refriegas contra su orina o su excremento, sólo causarás que se ponga muy ansioso cuando descubra su orina o excremento, pero no corregirás el problema. De hecho, puede que lo agraves, con consecuencias a veces impredecibles y muy indeseables, tal como el consumo de las propias heces.
- No te alteres ni te enojes porque él vuelve a portarse mal, o a morderte. ¡Mejor consíguele muchos juguetes para que se entretenga, felicítalo cuando juegue con ellos, e involúcrate en sus juegos!
- No descargues tus frustraciones en el cachorro. No pierdas la compostura. Ármate de paciencia.
- Y finalmente, si descubres que hizo algo indebido, el mejor método para corregirlo es enrollar un periódico, y golpearte a ti mismo en la cabeza, mientras repites una y otra vez “¡debí prestarle atención!”
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