Introducción
La displasia de cadera es una enfermedad biomecánica que se caracteriza por una incongruencia articular progresiva, provocada a partir de una laxitud articular y que finaliza en una enfermedad degenerativa articular (EDA).
La displasia coxofemoral (DCF) no es una enfermedad congénita, ya que las caderas son normales al nacimiento. La afección aparece a partir de un conjunto de factores ambientales Desde el punto de vista anatómico, la cadera es una articulación esferoide, formada por una cabeza redonda y una cavidad cotiloidea (el acetábulo), que ajustan perfectamente entre sí.
Actúan sobre una base genética múltiple, de alta heredabilidad (oscila entre 0,2 y 0,6 según la raza) que determina un retraso en la maduración de las estructuras de soporte articular que lleva, en mayor o menor medida, a la aparición de laxitud, primer paso hacia la incongruencia articular.
Incidencia
La incidencia actual dentro de las diferentes razas oscila desde casi un 50% en el San Bernardo hasta menos del 1 % en los Borzoi (Galgo Ruso).
En la tabla se muestra el porcentaje aproximado de aparición de la DCF en las razas más frecuentes.
Raza |
Incidencia |
San Bernardo |
48% |
Golden retriever |
23,5% |
Rottweiler |
23,5% |
Pastor Ingles |
22,5% |
Ovejero Alemán |
22% |
Bóxer |
16% |
Airedale Terrier |
15% |
Labrador retriever |
15% |
Alimentación y DCF
La nutrición desde el nacimiento hasta la maduración esquelético juega una rol clave en la expresión clínica de la DCF.
Está demostrado, al menos en las razas grandes y gigantes, que los animales sobrealimentados y que tienen un alto ritmo de crecimiento suelen sufrir afecciones esqueléticas múltiples, además de un tamaño corporal final menor al que potencialmente podrían llegar genéticamente. Una sobre nutrición durante el desarrollo no es sinónimo de un individuo sano. Por el contrario, son pacientes predispuestos a sufrir enfermedades tales como retenciones de cartílago, osteocondritis disecante o a intensificar la gravedad de una dísplasia de cadera.
Diagnóstico
Diagnóstico Clínico
Desde el punto de vista clínico se puede hablar de 3 estados:
El primer estadio comienza con el inicio de los signos clínicos en el cachorro y pueden ser detectados desde los 3 a 4 meses de edad. Son, en su mayoría, manifestaciones de dolor. Suelen ser advertidos por dueños muy observadores, ya que es poco frecuente que el animal se queje espontáneamente al realizar un ejercicio. En general se refieren al tipo de ambulación y a la actividad que desarrollan los cachorros: correr con ambos miembros posteriores juntos, entrecruzarlos en determinado momento, echarse frecuentemente o permanecer acostados por mucho tiempo; todas estas son maneras de mover menos las caderas adoloridas por una DCF En casos severos, en algunos pacientes, se observa mal desarrollo de la musculatura alrededor de la cadera.
Es importante aclarar que no todos pacientes manifiestan todas estas etapas clínicas, y esto dependerá de la gravedad de la DCF. Hay individuos que tienen signos clínicos de jóvenes, luego mejoran y vuelve el cuadro sintomatológico de adultos. En otros casos sólo se manifiesta la enfermedad hacía la vejez o luego de un trauma.
Diagnóstico radiológico
Debido a que en la DCF coexisten alteraciones en tejidos duros y blandos, no siempre el cuadro radiológico se corresponde con el cuadro clínico. Así encontramos pacientes con trastornos locomotrices leves e imágenes de enfermedad avanzada, como también una radiografía indicativa de un grado leve de DCF en un animal sumamente dolorido
Cuál es el pronóstico según los grados?
Pronóstico para la salud del perro.
Los perros con ligera displasia coxofemoral que no deban satisfacer grandes exigencias, no tienen por qué enfermar de un modo visible. Como los animales reaccionan a menudo muy poco a dolores crónicos, puede pasar desapercibida esta afección incluso en perros afectos de una mediana displasia coxofemoral si no desencadena la cojera un trauma, p. ej., Una distorsión articular al saltar o un sobreesfuerzo agudo.
Por lo tanto, pueden entregarse o mantenerse sin inconveniente alguno los perros afectados de una ligera o mediana displasia coxofemoral como animales de compañía.
Tratamiento
Objetivos: Todos los tratamientos intentan mejorar la calidad de vida del las mascotas.
Debo enfatizar que siendo una enfermedad grave funcional no es grave vital, en otras palabras el paciente sufrirá de una disfunción en la locomoción pero no compromete su vida.
Un animal enfermo de displasia puede vivir toda su vida con esta enfermedad y llevar una vida placentera. La displasia es una entidad controlable pero no curable.
Los tratamientos tienen por objetivo:
- Inhibición de la inflamación
- Alivio del dolor
- Regeneración de las superficies articulares
- Reparación del cartílago
- Recuperación de la función articular
Métodos
Conservadores – no invasivos
- Corticoides
- Antiinflamatorios no esteroideos
- Condroprotectores
- Regeneradores del cartílago
Quirúrgicos
- Sección del músculo pectíneo
- Plastica del techo del acetábulo
- Osteotomías
- Prótesis total de la articulación
Resección de la cabeza del fémur
Así como es muy importante que el diagnóstico sea realizado correctamente, es importante su precocidad, a fin de implementar el tratamiento correcto, reparador o preventivo de situaciones de mayor gravedad.
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