4 Consejos básicos
Lo primero que debes saber es que los cachorros se distraen muy fácilmente. Elige un lugar sin distracciones (sin niños, otros perros, tráfico, pájaros, ruidos, etc.) Más adelante, cuando el cachorro se sienta a gusto en un lugar, podrás ir agregando distracciones en su entrenamiento de manera gradual.
Comienza con el entrenamiento antes de alimentar al perro. En este horario él se encontrará más motivado. Para ello, lo recomendable es alimentar al perro con horarios (dos o tres veces al día, se le pone su comida, y se le retira el plato luego de media hora).
La duración del entrenamiento deben limitarse a sesiones de 5 a 15 minutos como máximo, dos ó tres veces al día. Procura seguir entrenando mientras la actividad sea divertida tanto para ti como para el cachorro. Si ves que él comienza a dispersarse, continúa en otro momento su entrenamiento. Para el cachorro, el aprendizaje debe significar diversión, así que presta atención a sus ganas de “jugar”.
No sobreprotejas a tu cachorro. Si tu lo alzas en tus brazos (premio) ante cualquier cosa que lo asuste, estarás reforzando su miedo. Dale confianza. Si muestra miedo, ignóralo. Si muestra agresión, dile ”no”. Cuando se tranquilice, felicítalo y elógialo.
Si descubres que tu cachorro orinó o defecó en la casa, es muy tarde para lamentaciones: cualquier regaño que le des él no sabrá a qué se debe. Nunca jamás refriegues su hocico por su orina. El pensará que la orina es mala, no que el orinar es malo.
Si descubres a tu cachorro en el acto de orinar en tu alfombra favorita, lamento decirte alumno mío que también es demasiado tarde. Recuerda el capítulo Entrenamiento de Cajón↓: tú tienes que estar pendiente de él mientras ande libre por la casa. Si bien difícilmente un cachorro joven llore junto a la puerta hasta que le abran, con certeza va a “informarte” que necesita salir mediante su lenguaje corporal. Un perro que se está orinando comienza a olfatear el piso, a caminar en círculos o en zig-zag. En ese momento debes apresurarte y sacarlo a que haga donde debe. Una vez que hizo en el lugar adecuado, no te olvides de felicitarlo (¡click-premio!). Vas a ver cómo, con algo de perseverancia, en pocas semanas tu cachorro irá teniendo menos y menos accidentes dentro de la casa.
Un cachorro pequeño necesitará ir al baño luego de cada cambio de actividad: luego de una siesta, luego de comer, luego de jugar, luego de entrenar. Los cachorros tienen poco control de esfínteres, por eso lo mejor es anticiparse al hecho y sacarlo a que haga en su lugar antes que haga en donde no se debe.
Próximo capítulo: Semana I
Capítulo anterior: El Clicker